miércoles, noviembre 15, 2006

Fatum.



Fatum. Excelente palabra.

Cambiando la televisión tropecé con una película que no veía hace muchos años: Serendipity. Y aquí estoy, pensando en Fatum…

Si hay señales en el camino. Si el destino existe.

Personalmente soy de la creencia –extraña por cierto- de que se llega a la tierra con una misión y es aquí donde intentaré darme a entender: Creo en la reencarnación y que tú, vida tras vida, tienes la oportunidad de enaltecer tu alma. Así, cada vez que llegas “a la azotea”, planteas una serie de puntos que en tu siguiente vida te gustaría superar, por ejemplo: quiero aprender a perdonar, a amar, a ser buen profesional, dejar la soberbia, etc. Entonces, te envían a la tierra con el escenario dispuesto de tal manera en que se te presenten obstáculos en los cuales puedas cumplir tu misión o, simplemente, no hacerlo. De ahí que crea en el destino, en que todo sucede por algo, en señales… almas que comparten uniones de otras vidas y que se vuelven a juntar en hermosos círculos ascendentes, sin embargo, cada vez que se encuentran no parecen sentir que sea la primera vez que se conocen.

Y aquí estoy, pensando en señales.

Todo esto puede resultar realmente absurdo y las mas de las veces, creo que ni si quiera soy capaz de explicarme correctamente. La última vez que hablé de esto fue hace un poco más de una semana con una vista esplendida del mar, a raíz del tema controversial de la religión, y creo fielmente que me faltaron o sobraron palabras en mi verborrea. Quien sabe…

Y un par de días después, en el metro, una señora tomaba la mano de su pequeña hija mientras le cantaba una canción que me dejó perpleja pues me acordé de un viajero que partió para no volver hace un tiempo.

Nuestra mente se esfuerza por olvidar y el entorno, a veces, se empecina en hacernos recordar.

¿Por qué?

Cómo explicar racionalmente lo que no parecen ser coincidencias? Romper y encontrarte con aquella persona en los lugares más insólitos y menos pensados, una y otra vez, sin intención.

Llama mi atención cuando todo tu entorno parece bombardearte con mensajes… Señales. Pero, ¿cuántas son realmente señales y cuántas otras, simplemente, sugestión?. Y ahí no se bien que responder racionalmente porque solo podría decir que se siente aquí adentro…

Son pocos los que creen en Fatum, más los que asumen que no hay meta ni misión preconcebida excepto de la que tú te haces en la Tierra… Ante ellos esto debe ser una prueba de demencia y para mi, simplemente, una mezcla de libélulas y fe.

Canción del Momento: Morning love de Ravi Shankar.

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