martes, junio 27, 2006

Cuadros.


Powered by Castpost

Estoy desvanecida.

Observo los anillos de mis manos, las hojas en el césped, mi cabello enmarañado en sus rizos negros brillar con un sol que a penas entibia.

No quería llegar a casa. Pasé desde el viernes afuera para no estar aquí. Mi concentración se evaporó en los días menos indicados yéndose Seminario al carajo.
Prendía un cigarro y jugaba con las cenizas y el humo como si en ello estuviera mi vida. Esto que acaece es “un de pronto”, nada permanente, un ir y venir que acabará luego pero me entumece saber que ando de boba, con la mirada perdida en cualquier brillo.

Estoy esperando que mi mamá y mis hermanas partan a Brasil para salir de aquí.

Estos últimos días he escuchado bastante Qntal… Me relaja.

No me gusta andar retraída. Lo se porque comienzo a divagar… A realizar monólogos sobre las corazas, a mirar fijo a las personas desentrañando pensamientos, a cerrar los ojos y bailar para alejarme de lo que duele. Y comienzan a mirarme raro o a criticar mi comportamiento. Aunque, confieso, de aquellos momentos de retraimiento, extraigo buen puñado de letras... y unas cuantas tiradas de orejas :P!.

Porque cualquier estímulo me hace despegar, elevarme.

Muy temprano el día domingo me quedé embobada observando unos cuadros con imágenes porteñas. Y las reconocí de inmediato porque he estado ahí mil veces desde pequeña. En las mismas subidas con esas casitas que parecen caer de los cerros visitando a mis abuelos. Recordé saltos de infancia, cómo mirábamos los barcos con los binoculares enseñándome las divergencias entre ellos… Las frutillas de mi abuela, el papayo que vivía bajo amenaza de muerte, los baños de burbuja que siempre tenía mi tía para mi en casa de ellos… La misiva, el derrumbe a la adultez, el lento desgaste de los años, las enfermedades, las visitas al médico, sus ojos idos en el techo mientras sus labios se movían sin musitar palabras, secos como si albergaran un desierto.

Todo ello pasaba por mi mente cuando me detenía a observarlos. Y no me importó que los demás estuvieran sentados en la mesa comiendo la especialidad de la casa. En momentos como ese no me importa quedar de autista o que Don Duraznito **el nuevo nombre, al menos de momento** pensara que soy rarita. Porque las mas de las veces, son esos vuelcos al interior los que nos vuelven al cauce. Ocurren cuando menos los esperamos y, al menos para mi, que a duras penas escondo una mentira, me cuesta sangre fingir que sigo estando cuando mi mente viaja. Tal vez debería esforzarme por no hacerlo, particularmente de madrugada… a la horita de las ánimas en que suelo realizar un despliegue de filosofía barata o abstraerme en un recuerdo.

Me dijeron que debía dejar de hacer eso;de pararme y mantenerme pegada en los cuadros. Que lo podía asustar jmjm… Y me causa gracia que observar un cuadro pueda asustar a alguien porque, si veo a una persona embobada observando algo, en vez de provocarme pavor, suelo acercarme tras unos minutos y observar lo mismo en silencio de curiosa! (Estará viendo algo genial que yo he pasado por alto??!!!) o suelo quedarme lejos contemplando al abstraído. Porque a veces las personas andamos de rebaño, “beee beeeee” todo el tiempo anulándonos, mimetizándonos. Y me da curiosidad que una ovejita se quede mirando la ventana y sonría mientras los ojitos se le llenan de lágrimas como le sucede a Green Eyes frecuentemente desde hace unos cuantos días, o que Doña Flor fije la vista en sus manos al volante cuando se eleva en sus pensamientos locos. Que Alezzittazz requiera siempre un juego en el celular para concentrarse y que La Chica de la Cintita Roja se quede mirando sus zapatos fijamente y cuando se siente observada, estire sus camisetas de panties por las mangas y ponga una de esas sonrisas cortitas con la cara de “Oh Ooooo! ¿Supiste todo lo que estaba pensando???!!!”.
Jask hurgaba su mini bolso, sacaba un roñoso cuaderno, hurgaba otro tanto hasta encontrar un lápiz mina y se encerraba en si misma a escribir hasta en los márgenes…

Creo que hay que dejar que el resto vuele y traerlos de vuelta antes de la tristeza. Hay una tendencia extraña a sumergirnos de madrugada en vivencias que nos emocionan absolutamente. Y ahí, un amigo llamará la atención para arrojarte a la tierra y volver con el resto de las ovejitas tras el destello. Y volver a las risas...

Si corre porque vi un cuadro menos de diez minutos entonces no era una ovejita tan especial como sus ojos susurraban. Estoy llena de rarezas y no deseo ocultar lo que soy y seguiré siendo, seguramente por un buen tiempo mas.

Solo queda esta semana :). Después de esta semana todo debería andar mejor… no?.

Canción del Momento: Vedes Amigo de Qntal. Deberé agregarlo a mis favoritos junto con otros grupos escuchados últimamente!

No hay comentarios.: