lunes, junio 05, 2006

Contra la violencia.

Una moraleja de paz es la que deja, entre los múltiples mensajes contenidos en su laberinto mágico, El Castillo Andante.

Ahora veo las noticias y me da vergüenza lo que muestra el CNN de Santiago de Chile.

En mi casa, en estado de sitio forzado por este paro que tiene al centro de la ciudad como campo de batalla.
A veces pienso que toda esta “chusma” solo busca destruir todo lo que encuentra a su paso. Romper por destruir, porque se puede y descaradamente! pues actúan a rostro descubierto como si sus actos ameritaran aplausos. (Al menos así es mas fácil identificarlos…)
A ellos mismos los pondría a reparar los focos del alambrado público, a limpiar la firma del carro de carabineros, a reponer las rejas del bandejón central y todas las vitrinas privadas que rompieron. Porque estoy a favor del paro y no de la violencia de los incidentes acaecidos.

Solo les falta andar con taparrabos, lanzas y una banda sonora de tambores y cantos rituales. Esta bien, estoy ofendiendo a grupos de personas que calzan con mi descripción mas se comportan civilizadamente. Mis disculpas a cada uno de ellos.


Los estudiantes piden que se mantengan dentro de los establecimientos educacionales o en las casas y un grupo masivo de vandálicos decide salir a las calles y romper todo lo que se cruzara a su paso. Barbárico. Hay formas y formas de expresarse.

Mi universidad esta en la zona de peligro por lo que me quedé recluida a la fuerza y de niñera de mi hermanita en casa. Si hubiese tenido que trabajar me hubiese forrado en espuma o esponjas, un buen casco y una bandera blanca.
Admiro a los periodistas que cubren este tipo de eventos… Yo les regalaría a todos un casco de un color llamativo para cobijarlos de los peñascos.

Ojala todo acabe pronto! Odio este tipo de situaciones. Hay tanta desgracia y conflicto en el mundo para añadir uno mas ahora!

Desde el fin del mundo, nuestra ciudad se muestra en infinidad de televisores. Personas “lanzando rocas” como mencionó CNN en vez de decir que se lanzaban piedras. Rocas! Aumentó mi vergüenza ante las imágenes.

Y recordé la película y aquel mensaje de no violencia.
La tarde increíble junto a Jask y aquellos niños en el cine. Las risas, el aroma a palomitas de maíz, el vaso de bebida que no cabía en el posavasos… Las palabras sabias de Jask con su sonrisa tranquilizadora.


Volví a casa renovada, llena de el extraño susurro del señor Hayao Miyasaki que me mantuvo embobada con la cordillera de noche, que me hizo sonreír al círculo de la Doña Plata verde y su borde rojizo alarma.

Decidí cambiar de canal.


Canción del Momento: La lluvia.

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