lunes, septiembre 21, 2009

Duele.

Nunca había terminado con alguien. Duele mucho.

Nunca le había dicho a nadie que no me hablara (al menos por un medio de comunicación específico) y dolió más aun.

Nunca me habían dicho “Adiós” de esa manera. Sentí que mi corazón dejó de latir.

Lo peor de todo es que no terminé porque no lo quisiera…! Realmente lo adoro!!! Pero las cosas no podían continuar como estaban porque me estaba flagelando. Cerré la puerta. Y realmente no creo que él desee tocarla porque implica hacer algunos cambios que no creo que esté dispuesto a realizar. No sé si me va a extrañar, no sé qué fui para él.

Quiero un abrazo! Quiero que alguien me deje inconciente.

No puedo llorar. Últimamente, cada vez que algo me duele, solo dura por unos minutos y luego caigo en un estado de somnolencia. Como si estuviese durmiendo, como si todo esto fuese un mal sueño. ¡Qué tristeza saber que esto es real, que no sonará el despertador y estará todo bien!

Creo que no di a entender bien el trasfondo cuando le dije que no quería que me hablara por dos semanas; necesito ese tiempo para hacerme cargo de mi decisión. No creo que se la juegue por mí y yo no puedo, de la noche a la mañana, pasar a ser nuevamente su amiga ¡Como si nada hubiese ocurrido cuando me muero de ganas de regalonearlo, de morderle la oreja, de atraparlo en un baño, de contarle alguna tontera que pasé en mi día! ¡No puedo hacerlo aún! Y me da rabia no poder hablar con él porque lo extraño!!! No puedo. No aún.
Me siento tan mal por ello!!!! Tal vez no debería haberle dicho que no me hablara por gmail, tal vez sola, con el tiempo, se me hubiese pasado. Ya no sé si hago bien o hago mal cuando tomo decisiones respecto a él pero mi cabeza grita que decidí estar sola.


¡SO – LA!

Ahora debo hacerme cargo de mi decisión. Porque probablemente no quiera hacer cambios. Estoy bastante segura que no se la jugará por mí y estas semanas las necesito hacerme esa idea. Asumir que estoy sola. Más bien, asumir que no estamos juntos. Sola no estoy.

Solo ha pasado un día desde que tomé la decisión y siento que han sido meses. Y sé que está enojado, que seguramente tenía la idea de que si terminábamos seguiríamos hablando por gmail como todos los días. Como amigos. Pero yo tomé una decisión, hay cambio de circunstancias, al menos por un tiempo en que me adapte a la idea de que ya no está conmigo. La rutina de hablar durante el día por gmail tiene que parar porque hasta para saludarlo se me escapan mis viejas costumbres! ¿Cómo despedirme sin poner al menos “un beso”, un “te quiero mucho”?

No puedo dejar de quererlo inmediatamente.

No puedo llorar, no sé por qué cresta se me inundan los ojos de lágrimas y no se escapan por mis mejillas. Es como si volviera a absorber mi propia pena, una y otra vez. Así ya llevo tres malditos días.

Esto debería ser más fácil. Más bien, desearía que fuera más fácil porque en verdad no debería serlo. Y de seguro ahora se conectara por alguna otra cuenta o simplemente me eliminará porque tengo la sensación de que se molestó. Que no volverá.

Y me siento una idiota.

Mi cerebro replica constantemente que si no me busca es porque no le interesa que sea parte de su vida. Tal vez es su forma de demostrarme que acepta la decisión y que está bien con ello. Y yo tengo que dejarlo partir; una cosa es decirle que terminamos y otra asumir que ya no habrá nada más.

Pero ser amigos de antes dificulta la transición. Y me siento desorientada, con ganas de quebrarme para sacar todo lo que tengo adentro. Sé que soy fuerte pero necesito llorar.

Quiero dormir. Que alguien me duerma y me despierte en dos semanas porque no quiero sentir más, no quiero pensar más, no quiero herirlo. No quiero torturarme pensando que, de no haber abierto mi linda boquita, él estaría aun aquí porque sé que no es cierto. Al menos mi parte racional lo sabe y mi parte emocional esta enfurecida con todo esto!

Duele saber que no se la juegan por ti.

Dolerá más, supongo, que no lo haga aun sabiendo que tiene la posibilidad.

Me duele no haber dado un último beso memorable.

Me duele dejarlo partir.



Y tengo ganas de decirle que lo siento tanto… Nunca quise herirlo.

Nunca quise herirte.

Canción del Momento: No hay música.

No hay comentarios.: