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Me operé el 23 de junio. Tras muchos meses de exámenes, toneladas de consultas médicas y cansancio extremo. Salió todo ok y para el día 25 yo ya estaba de vuelta en mi casa, algo adolorida pero bien. Comencé a caminar en las mañanas para evitar complicaciones y me fue relativamente bien por una semana.
Sin previo aviso el día 3 de julio empecé con dolores fuertes. Cuento corto: Me salió “vale otro”. Tuve una grata estadía desde el 3 al 9 de julio en la Clínica Alemana. Digo grata porque el equipo de profesionales que me atendió fue excelente pero aun con ello ¡Yo quería estar en casa!
Así que desde ayer en la tarde volví a mis paredes con lo que podría ser un mini libro de prescripciones médicas y un monte de cajitas de medicamentos que se aglomeran en mi escritorio entre mis libros y mis plantas. Da igual, ya no tengo puesta ninguna “via” para que me inyecten algo en mis venas, no estoy con esa batita indigna y poco pudorosa y puedo levantarme sola al baño sin tener que llamar a una enfermera 5 minutos antes. Si… es increíble como se aprecian estos pequeños espacios de libertad cuando estas “bajo observación”.
Todo esto fue el motivo de mi distancia bloggera. Tengo muy poco ánimo para leer, estudiar, escribir y hasta intentar levantarme hoy para salir a caminar unos minutos. Supongo que todo mejorará con el tiempo… eventualmente todo tiende a mejorar.
Canción del Momento: The Noose de A Perfect Circle.
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