viernes, octubre 09, 2009

Utopia.




Aborrezco partir las mañanas estrujándome en el metro. Realmente es una pésima manera de iniciar el día. Con o sin desayuno, dependiendo del día, bajo en plaza de armas para ir a tribunales con mi mejor cara (o la que el maquillaje permite). Siempre con la banda sonora en mis oídos, me encamino al mar gris y negro para resolver problemas ajenos con mi mejor sonrisa. Al fin y al cabo está en uno andar amargado por la vida o tomarse las cosas lo mejor posible y sí, después de salir molida del metro cuesta poner la sonrisa pero supongo que en algún momento va a fluir sin que me dé cuenta.

Lo que más ha llamado mi atención es la asombrosa sub-especie masculina de tribunales de familia: Sujetos con hijos por doquier que no se hacen cargo ni de la pensión alimenticia. Muchos no son capaces ni de entregar treinta mil pesos al mes porque dicen no tener dinero pero su ropa y celular demuestran totalmente lo contrario. Para que hablar si los van a ver, si de tanto en tanto pasan un tiempo de calidad con ellos. Y estos “hombres” llegan al tribunal totalmente “cancheros”, sonriendo y coqueteando a todo lo que se asemeje a una mujer!!! ¡Buscando una nueva víctima!


Para mí fue inevitable pensar que a cualquiera de esos especímenes los podría haber conocido en un pub, bailando… que se yo. Porque no andan etiquetados aunque les juro que, con lo visto en estas dos semanas, yo pensaría seriamente en la posibilidad de hacerlo. Hace tiempo que ya no creo en príncipes azules pero lo que hay allá adentro no alcanzan a ser catalogados de sapos (porque sería insultar a esos pobres animales, por supuesto!)


Y después se preguntan por qué las nuevas generaciones van tan dispersas por la vida. Padres drogadictos, alcohólicos, ladrones que dan un excelente ejemplo la vez remota que se aparecen a ver a su hijo. Pololos que golpean a sus parejas estando embarazadas, que amenazan a la familia, medidas de protección, llantos. Violaciones.

No quiero dejar de creer pero parece que esto del amor es una utopía. Y una parte de mi se aferra a vivir en colores con la esperanza de que esa voz negativa se apague ante el fulgor de nuevas estrellas brillantes. No obstante, reconozco que es difícil no perder la fe entre audiencias ¡Ayer hasta escuché de un demandado que amenazaba de quemar la casa donde vivía su señora y su hija! Es la realidad, existe. ¿Me encandilaré de nuevo de alguien con facilidad?

Colores.


Creer en colores.

Creo que estoy aprendiendo lecciones para varias vidas futuras, es uno de los aspectos positivos que puedo mencionar sin lugar a dudas. También lo son los demás postulantes que me han hecho sentir como en casa; extremadamente acogedores, simpáticos y resolviendo las mil dudas que tengo al día con una gran cuota de paciencia. Eso compensa con creces los casos que he visto; las charlas entre audiencias tomando cafecito, los happy hour, las risotadas fuera de tribunales cuando ya nos podemos librar de la cara de serios. Lo he pasado bien aunque sospecho que es porque aun no tengo muchas causas bajo el brazo sin embargo, espero que esto siga así para compensar esta nueva modalidad de esclavitud.

Que no se diga que los esclavos no sabemos divertirnos! Por lo pronto, yo voy por mi caja de lápices de colores para no perder la fe en las personas, en el romance… Me gusta creer.

Canción del Momento: Utopia de Within Temptation junto a Chris Jones.

…I’m dreaming in colors
Of getting the chance
Of dreaming of trying the perfect romance
The search of the door, to open your mind
In search of the cure of mankind…

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